La felicidad, algo tan buscado, y
ansiado por todos. Un complejo concepto que todos pretendemos
conocer de algún modo. Aunque, en nuestra búsqueda frenética a
nivel familiar, social ,laboral, ocio, nos perdemos
en el bosque, sin disfrutar la felicidad de las pequeñas cosas que
dicha búsqueda nos brinda.
En la intrincada red de la vida,
estamos constantemente bombardeados por información, novedades y
otras cosas que en definitiva son superfluas y nos distraen de lo
importante, vivir cada momento como si fuera el último, hacer
aquello que nos gusta y nos da satisfacción en cada uno de los
aspectos de la vida como ser individual, para desde ese estado de
satisfacción personal, poder ayudar a los demás en su camino a la felicidad.
Todo se hace desde lo elemental, a lo colectivo, es nuestra
naturaleza, somos electrones y otras partículas, organizados en
átomos y moléculas cada vez más complejas, al igual que las familias, la
sociedad, el cosmos y todas las cosas.
En definitiva, vivir la vida y ser
feliz, es hacer todo con alegría, ilusión, optimismo y pasión, incluso aquello que no
nos gusta, pues también es parte de nuestra vida y buscando siempre
un nuevo punto de vista, para salir de la rutina en que
irremediablemente caemos cada día. Es un trabajo duro, no tiene fin,
requiere todo de nosotros a cada instante y ahí radica la clave del
éxito, en no dejar de trabajar para lograrlo, pues el éxito no es
el fin, sino el principio de una nueva búsqueda.