El buen manejo de todos los aspectos de
una empresa, es rentable. La felicidad también lo es, aunque no se
mide ni considera en la gran mayoría de las empresas (con o sin
fines de lucro, públicas o privadas). El factor F (felicidad) es
algo que a mediano y largo plazo se deberá tener en cuenta y está relacionado con las personas, como principal indicador.
Desde el cliente satisfecho, el empleado, el gerente, el proveedor, el vecino y el accionista, felices. Todos en conjunto, deben expresar un grado de felicidad, como sumatoria de los distintos niveles de felicidad individual.
Desde el cliente satisfecho, el empleado, el gerente, el proveedor, el vecino y el accionista, felices. Todos en conjunto, deben expresar un grado de felicidad, como sumatoria de los distintos niveles de felicidad individual.
Dicha felicidad individual, que a su vez es una sumatoria de los distintos ámbitos, donde cada uno de nosotros desarrollamos nuestra actividad, trabajo, hogar, amigos, ocio. Es un factor a trabajar y cuidar desde la empresa, a través de su área responsable del control y gestión de las personas que colaboran con la empresa.
En este punto y desde la empresa, se debería mostrar un primer cambio hacia la felicidad, sustituyendo el nombre del “departamento de recursos humanos”, por otro más feliz, en donde al menos desaparezca la palabra recursos que si bien es reconocida por la real academia de la lengua española, no suena bien el hecho de considerar a las personas como recursos.