Para cosechar felicidad, es necesario dar ejemplo y sembrar buena onda, alegría e ilusión. Como toda siembra, hay que hacer un buen trabajo, abonar y tener paciencia, esperar los frutos y confiar en una cosecha abundante, ello dependerá de como vengan las condiciones generales.
Todo influye, pero lo más importante es nuestra actitud que a pesar de una magra cosecha, nos hace seguir trabajando duro, dando ejemplo en la siembra constante que siempre da frutos, aunque sean escasos.
La foto, es un atardecer en Punta Fría.
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