Todo emprendimiento, significa en
cierta medida iniciar un camino al borde del abismo, un salto al
vacío. Independientemente que tengamos personas a nuestro alrededor
que nos alienten, nos brinden su apoyo, la adrenalina que se genera
por esa soledad ante el peligro que nos emociona y nos da miedo al
mismo tiempo, es un componente de la felicidad y parte esencial en
el proceso de creación.
Significa que sentimos lo que estamos emprendiendo y asumimos la responsabilidad, que estamos viviendo el camino y de alguna forma, lo disfrutamos. La felicidad del dar a luz, de la gestación que implica dolor, placer, satisfacción, alegría. Luego de ese éxito, viene el reinicio del sistema, la vida del nuevo emprendimiento, dar satisfacción, alegría y felicidad a los clientes, verdaderos jueces, quienes darán definitivamente el veredicto.
La foto, es desde el Mirador del Río, al norte de Lanzarote.
Significa que sentimos lo que estamos emprendiendo y asumimos la responsabilidad, que estamos viviendo el camino y de alguna forma, lo disfrutamos. La felicidad del dar a luz, de la gestación que implica dolor, placer, satisfacción, alegría. Luego de ese éxito, viene el reinicio del sistema, la vida del nuevo emprendimiento, dar satisfacción, alegría y felicidad a los clientes, verdaderos jueces, quienes darán definitivamente el veredicto.
La foto, es desde el Mirador del Río, al norte de Lanzarote.
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