Cada gota de agua, aporta a un pequeño río y este a uno mayor hasta llegar al océano. Si como esa gota de agua que luego aporta al gran océano, aportáramos todos nosotros nuestra cuota parte de felicidad, seguramente podríamos cambiar muchas cosas, entre otras, poder tratarnos todos como sujetos, como seres humanos iguales (a pesar de las diferencias que nos enriquecen) y no como objetos.
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