Participar o no en la elección de un
candidato de cualquier índole, es un ejercicio de libertad y
democracia, en el cual las personas expresan su opinión. Tanto al
votar por una opción, como al no participar, estoy mostrando mi
parecer sobre el tema. Hay quienes interpretan el no participar, como
apatía o desinterés y puede ser en algunos casos, pero otros
muchos han valorando la experiencia de muchos años, concluyendo que
votar o no, en realidad no cambia nada, ya que siguen más o menos en
la misma situación, o han sufrido pérdidas por los experimentos y
errores del gobernante de turno. A todo esto se llega por la
acumulación de falsas promesas, planteos complejos, y la
manipulación de la información de toda índole, por parte de
gobernantes indignos e incapaces de hacer felices a sus tolerantes
conciudadanos.
Los pueblos necesitan gobernantes
dignos, capaces de hacerlos felices, desde propuestas simples,
realistas y fáciles de entender. Las cosas no son tan complejas como
las pintan, al final solo se trata de cubrir las necesidades básicas
y ser lo más feliz posible.
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