Las lineas imaginarias que nos trazamos
y acordamos, para delimitar áreas, no son una restricción física,
implican una restricción mental y espiritual que acota nuestra vida.
Históricamente, nos hemos auto-impuesto una serie de límites que se
justifican en virtud de la convivencia social y que son muy
necesarios.
Otros nos los hemos impuesto por diferentes razones y éstos son los que debemos reconsiderar, pues en muchos casos es donde radica nuestra incapacidad de lograr la felicidad. Hay que trabajar duramente en desarrollar todas aquellas áreas de nuestra vida en donde nos hemos auto-impuesto esos límites, debemos perder el miedo a experimentar, una de las causas de nuestra disfunción en materia de felicidad.
Hay que perder los miedos y transgredir esas barreras imaginarias, sin perder el respeto a los demás, pues nuestra #Felicidad también es la de nuestro entorno.
Otros nos los hemos impuesto por diferentes razones y éstos son los que debemos reconsiderar, pues en muchos casos es donde radica nuestra incapacidad de lograr la felicidad. Hay que trabajar duramente en desarrollar todas aquellas áreas de nuestra vida en donde nos hemos auto-impuesto esos límites, debemos perder el miedo a experimentar, una de las causas de nuestra disfunción en materia de felicidad.
Hay que perder los miedos y transgredir esas barreras imaginarias, sin perder el respeto a los demás, pues nuestra #Felicidad también es la de nuestro entorno.
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