Otra tarde intensa de reencuentros y emociones, no hemos parado de experimentar todo ese tobogán de sentimientos, de afectos, de alegrías, de ilusiones, de felicidad. Retornamos al hotel recorriendo la rambla montevideana, desde el Cerro hasta Punta Carretas, sintiendo todo ese torbellino emotivo trabajando hasta lo más profundo del alma.
Ya en la habitación, sentimos ese cansancio, ese sano agotamiento que nos pide un descanso y no hay forma, ya estamos listos para salir nuevamente al encuentro de más sensaciones.
Seguimos aprovechando el día.
Les mando un abrazo!!!!!
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