Siguiendo nuestro ciclo natural, transitamos del amanecer al ocaso siguiendo las reglas naturales. Obedeciendo ese plan divino que nos guía, aunque alguna que otra vez lo olvidamos. Perdemos de vista que todo es cíclico, que somos imperfectos y que hay ciertas cosas imprescindibles. Alimento, cobijo, amor, alegría, ilusión y esperanza.
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