A la orilla de la mar, nos despierta el arrullo de las olas. Ese sonido rítmico y pausado, que tantos recuerdos y sensaciones nos despierta. Una cadencia que nos impulsa a poner rumbo, a encarar el camino poniendo cara al viento. Y a dejar huella con nuestro esfuerzo, algarabía, amor y esperanza.
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