El miedo es parte nuestra, todos lo sentimos de una forma o de otra por distintas razones, es algo genético que nos mantiene alerta y uno de los factores de supervivencia que tiene relación con la cobertura de nuestras necesidades básicas.
Es algo que nos mantiene atentos, prestando atención a cada detalle, a cada acontecimiento o suceso por irrelevante que parezca, pues cualquiera de ellos puede ser una oportunidad o una amenaza para nuestra supervivencia, para nuestra felicidad .
Suele suceder que cuando llegamos a una situación de confort, en la que aparentemente tenemos todo controlado, con todas nuestras necesidades cubiertas sobradamente, nos relajamos y dejamos de estar tan atentos.
A partir de ese momento, en el que perdemos conciencia de la necesidad de prestar atención no solo a nuestras circunstancias, también a lo que le sucede a los demás, es cuando nos vemos sorprendidos por el peso de los problemas y las circunstancias de los otros.
Por eso siempre insisto en que tenemos que trabajar duramente por ser felices, dar ejemplo y ayudar a nuestro entorno en el mismo sentido. Si todos fuéramos capaces de hacerlo a todo nivel, seguramente no lamentaríamos muchos de los acontecimientos recientes.
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