Cocinar con amor para nuestros seres queridos y amigos, es algo sumamente gratificante y hacerlo rodeado por esas personas más aún, además genera alegría, ilusión y felicidad. Y si no nos queda bien, o no tenemos ganas de hacerlo, pues siempre podemos salir a tomar algo por ahí y disfrutar de otra forma, pero siempre con buena onda.
Y no hay mejor cosa que hacer un buen asado, una buena parrillada en familia y con amigos, disfrutando de la camaradería, la amistad, los afectos y además regado por bebidas acordes con el momento y el gusto de cada uno. Una cerveza, un buen vino son buenos compañeros.
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