El amanecer y nuestro despertar, es un abanico de colores que se abre cada mañana. Disponemos de una paleta compleja, desafiante y hermosa, con la que delinear nuestra vida. Algo que debemos hacer pincelada a pincelada, abriendo la mente y el corazón. Dejando que nos gane la algarabía, el esmero y el cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario