Volver al campo y felicidad

La novedad, la posibilidad de contactar con gente de distintos mundos, las ganas de aprender y el afán de riqueza, han hecho que a lo largo de la historia las personas se concentren en ciudades de distinto tamaño. De algún modo consideraron que en el campo no tenían posibilidades y el progreso, lo moderno era emigrar a las ciudades, donde poder desarrollar todos los aspectos de su vida.

Muchas de esas personas, luego de un tiempo, viendo frustradas sus expectativas, poco a poco han sido integradas a los cinturones de pobreza citadinos. Otros, menos orgullosos y más prácticos han regresado a su lugar de origen, recordando los tiempos donde seguramente con trabajo duro, lograban cubrir sus necesidades básicas en un ámbito familiar, cordial y feliz.

Evidentemente sin estridencias ni las glamorosas cosméticas de las ciudades, pero arropados por el amor familiar, la alegría y felicidad de cubrir las necesidades básicas, con el duro y satisfactorio trabajo diario. El campo nos brinda la posibilidad de vivir, sentir y producir de forma sostenible, siguiendo el ritmo de la naturaleza, y en armonía con ella.

Nos permite una vida tranquila, sosegada y feliz que en la actualidad, con el desarrollo de las comunicaciones en todos los niveles, es muy fácil el contacto directo con todas aquellas cosas que nos interesen del mundo y a la inversa, transmitir nuestras vivencias y ofrecerle al mundo la posibilidad de disfrutar y experimentar la #Felicidad de la vida rural.