La humanidad ha desarrollado su
inteligencia desde lo práctico, lo útil para sobrevivir y cubrir
sus necesidades básicas. Gracias a ello, hoy tenemos el desarrollo
tecnológico-científico-económico-comercial que disfrutamos y en
algún caso sufrimos. Sin pretender que dicho desarrollo se detenga,
si quiero decir que se debe intentar dar un mayor estímulo al
desarrollo de la inteligencia emocional.
No debemos perder las habilidades que nos hacen humanos, todos aquellos aspectos emotivos, la capacidad de comunicación, la tolerancia, la simpatía, la empatía, el amor por nosotros y por los demás, por encima de razas, religiones o conceptos económico-políticos.
Hay que dar rienda suelta a la alegría, la ilusión, el optimismo y la felicidad. Tenemos todos los elementos para lograrlo, solo debemos aplicarlos correctamente, para beneficio de todos.
No debemos perder las habilidades que nos hacen humanos, todos aquellos aspectos emotivos, la capacidad de comunicación, la tolerancia, la simpatía, la empatía, el amor por nosotros y por los demás, por encima de razas, religiones o conceptos económico-políticos.
Hay que dar rienda suelta a la alegría, la ilusión, el optimismo y la felicidad. Tenemos todos los elementos para lograrlo, solo debemos aplicarlos correctamente, para beneficio de todos.
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