Cuando descubrimos un sitio, un paisaje que nos emociona, o nos hace sentirnos en paz y armonía con nosotros mismos, con la tierra en que vivimos y su grandiosidad. Perdemos la noción del tiempo, nuestra mente se pone en blanco y disfrutamos de poder respirar y apreciar nuestro entorno como nunca, sintiéndonos parte del mismo. Eso es felicidad.
Hoy hemos realizado un recorrido por varios lugares de esos que nos marcan, salimos de Noia hasta Muros donde tomamos un café, luego paramos en Ezaro para admirar su belleza, también Corcubión y finalmente llegamos al faro de Finisterre. Ahora de vuelta en casa luego de una jornada estupenda.
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