Despreciar, desdeñar, no tener en
consideración, los aportes de todo tipo que los demás nos pueden
brindar, es tal vez la mayor ofensa que podemos hacer a alguien.
Hasta de las cosas negativas que nos puedan hacer llegar, podemos
sacar provecho y aprender mucho, por lo cual debemos aceptar y
apreciar en su justa medida todo aquello que pongan en nuestras
manos. Debemos recibir esas cosas con alegría, más allá de la
cosa, pues lo importante es la intención y el sentimiento con el
cual fue realizado.
Apreciar en su justa medida, implica
alegrarse y sentirse feliz, independientemente de la intención ,
puesto que en caso de apreciar algo negativo, debemos alegrarnos y
sentirnos felices por darnos cuenta y poder evitar sus consecuencias,
además de haber logrado un mayor conocimiento de quién hizo el
aporte. Si apreciamos algo positivo, sentiremos alegría, felicidad y
regocijo, por encontrarnos con algo bueno y que nos aportará mayores
alegrías futuras.
Apreciar, aceptar todo lo que nos rodea
como parte del caótico universo en el que vivimos, es parte de
nuestra tarea diaria, vivir cada día intentando ser lo más feliz
posible.
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