En todos los órdenes de la vida, crear
falsas expectativas, es un generador de frustración e infelicidad.
Hay que tener claro, sobre todo a nivel de los líderes políticos,
económicos, empresariales, sindicales, etc., como así también a
nivel personal y familiar, que una promesa debe ser asumida de forma
responsable, y con la seguridad de poder cumplirla, siendo consciente
que su no cumplimiento, producirá desilusión, desmotivará a
nuestro entorno, será un foco de malestar y antipatía, en
definitiva se producirá un ambiente poco propicio para la
felicidad. Aquí tenemos una de las principales tareas de los
líderes, anticiparse al futuro sin falsas expectativas, con sólidos
conceptos éticos y morales, creando las condiciones, creando el
ambiente propicio para la felicidad, con ello el futuro se hará
sobre una base sólida y optimista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario