Haciendo un simple análisis de como
usamos las horas del día, 8 horas las destinamos a dormir, higiene,
etc., 12 horas en actividades laborales y sus desplazamientos, 2
horas en compras y trámites con relación a la administración de
nuestros recursos y las 2 horas restantes, a actividades de ocio,
hobbies, etc., si no tenemos hijos, pues si los tenemos, la agenda la
imponen ellos. En todo caso, debemos trabajar para ser felices en
todo momento, hasta cuando dormimos, a lo que destinamos gran parte
de nuestra vida, propiciando sueños agradables y placenteros. El
otro aspecto al que dedicamos gran parte de nuestra vida es el
trabajo y los desplazamientos, por tanto debemos hacer un esfuerzo
adicional, y aprovechar ese tiempo también para ser felices, implica
un gran trabajo mental, entre otras cosas para aprovechar
correctamente el tiempo, lograr las cosas que nos hemos propuesto,
eliminando las perdidas de tiempo en tareas y actividades banales,
que no aportan nada ni a nuestro trabajo, ni al objetivo de ser
felices. La felicidad es producto de un trabajo duro y constante de
nuestra mente y nuestra voluntad, es un aprendizaje constante y una
metamorfosis permanente, y nos brinda los mejores instrumentos para
encarar el futuro, viviendo cada instante lo mas intensamente
posible.
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