Si alguna vez hemos sorprendido a alguien, o si hemos sido sorprendidos gratamente, podemos recordar las sensaciones que nos produjo. Seguramente nos sentimos alegres, maravillados, en algún sentido ilusionados y siempre felices por sorprender o ser sorprendidos.
La sorpresa, es una herramienta muy útil en el trabajo de ser feliz, algo que podemos usar a diario si tenemos la capacidad de trabajo y el ingenio suficientes. Gran parte del trabajo pasa por conocerse a sí mismo y a las personas de tu entorno, lo cual sumado a la inspiración y al ingenio, nos dará los elementos necesarios para sorprender a quien sea.
No estamos hablando de grandes movilizaciones, ni gastos, simplemente de cosas sencillas que nos pueden ayudar en el diario camino de la felicidad, tales como una pequeña acción que no esperan de nosotros, un cambio de indumentaria, un beso, una flor. Conócete a ti mismo y a los de tu entorno, agudiza tu ingenio y anímate a ser sorprendente.
¿Te conoces lo suficiente? ¿Conoces a
las personas de tu entorno? ¿Quieres ser sorprendente? Pues
adelante, inténtalo.
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