Qué pasa cuando desaparece el enemigo común?
Pues que afloran los problemas reales y la debilidad de quienes forzaron esa unidad ficticia. Afloran además las inconsistencias y las mentiras que configuraban las bases de su lucha y que para poder difundirlas, previamente debieron incorporarlas y creer en ellas.
Surge así otro tema, qué le sucede a alguien luego de pregonar y creerse sus propias mentiras, cuando se le cae la máscara y queda colgado del pincel. Pues o bien se generan otro enemigo común, volviendo a crear otra mentira y todo el circo que conlleva.
O queda sumido en su tristeza, condenado al ostracismo y al olvido. No obstante quien debió sufrir sus mentiras creyendo en ellas, seguramente debe quedar sumamente desencantado, sumido en una crisis de confianza en los demás y reprochándose a sí mismo por no haberse dado cuenta.
Esa felicidad generada en base a una mentira, se transforma en frustración, en desconfianza, en resentimiento y furia, que se puede extender a una gran parte de la sociedad si se trata de temas económicos y políticos,
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