Cuando digo honestidad, no solo es lo que debemos aprender con la educación que recibimos en nuestras casas, hoy no solo es necesario el ejemplo y la dedicación de los padres, abuelos, familiares y maestros, también es sumamente necesaria la educación y el ejemplo recibido a través de los medios y de los líderes económicos, empresariales y fundamentalmente políticos.
Y hablar de honestidad, no solo significa todo lo relacionado con lo delictivo, la corrupción a todos los niveles, también y muy importante, la honestidad intelectual y emocional, de todos pero especialmente de esos líderes, hacia sí mismos y hacia las personas destinatarias de sus liderazgos.
Aquí entra el respeto mínimo necesario a la inteligencia, el regocijo y la felicidad de esas masas populares que soportan con el esfuerzo diario, las consecuencias de todo tipo que surgen de las acciones de esos “líderes” ocasionales. Cosas que en su gran mayoría solo comprometen el después de los pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario