Cómo nos ponemos a pensar, hacia donde debemos dirigir nuestros esfuerzos? Necesitaremos ayuda, de quién?
El primer paso es darse cuenta de los cambios que han acontecido, sus consecuencias hasta el momento y las perspectivas. No es sencillo, es difícil entender que estamos sumidos en un paradigma, en un formato de negocio que durante años funcionó pero que hoy nos está dejando fuera del sistema.
En segundo término, nadie mejor que nosotros debería conocer nuestro negocio y cuales los caminos alternativos, pero en la mayoría de los casos estamos tan inmersos en las tareas cotidianas, en apagar esos pequeños incendios que surgen por todas partes y que nos consumen el tiempo y la energía, que llega un momento en donde perdemos el rumbo.
En tercer lugar, debemos romper ese circulo vicioso, o bien solos, o en familia, o recurriendo a alguien que nos pueda ayudar a pensar a poder apreciar otros puntos de vista, a ver los distintos caminos por los que podemos transitar. Aquí hay otro tema que va en el sentido de en quien confiar, incorporar puntualmente a alguien ajeno a la empresa, a la familia o al círculo de amistades, nos genera dudas.
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