Hoy temprano leía un artículo que una amiga había subido a su muro, hacía referencia a la importancia del lenguaje y su influencia en todos los aspectos de nuestra vida. Destacaba la forma en que hay que utilizarlo para potenciar la acción positiva de las palabras, siendo cuidadosos con la forma en que transmitimos los mensajes.
Pero también destacaba que no solo las palabras muestran nuestra actitud, al mismo tiempo hay algo que tiene relación con otro tipo de lenguaje, el no verbal, nuestras posturas y gestos cobran gran relevancia al momento de comunicarnos y utilizar las palabras en un mensaje. Esas poses, esas muecas que hacemos cuando hablamos confirman o desmienten nuestro argumento.
Así esa fuerza de las palabras adecuadas cuando se usan con una actitud positiva, tienen un efecto mágico en nosotros y nuestro entorno, son generadoras de bienestar, alegría, ilusión, buena onda, felicidad, sanan nuestro cuerpo y nuestro espíritu, son ese bálsamo amoroso que nos lleva por el buen camino, que nos da la vitalidad necesarias para continuar el esfuerzo, son esas palabras que definen nuestros atributos, son lo que nos dan la vida.
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