Hace muchos años más de treinta, me encontraba en una situación de estrés que me superaba, no sabía cómo salir, tampoco era capaz de pedir ayuda, solo atiné a leer algún libro de autoayuda, esos tan criticados, tan mal vistos por muchas personas. Lo cierto que a mi, alguno de ellos me brindó información y alguna técnica de relajación que me fue útil.
Aplicando esas técnicas, en aquel momento y durante un tiempo considerable, pude controlar mi estrés y al mismo tiempo, me fue posible aclarar mis prioridades e ir tomando decisiones para cambiar mi vida. Y así lo hice, cambié mi vida, cambié mis objetivos, decidí que mi principal meta en lo sucesivo sería ser feliz.
Luego de algún tiempo en ese nuevo camino, deje de aplicar aquellas técnicas, mi nuevo modo de vida me proporcionaba en cierto modo ese relax, esa paz interior tan necesarias. Además, me abrió la puerta al cambio continuo, a vivir cada día como una nueva aventura, sin tener la certeza de nada, solo la necesidad de vivir feliz y ser ejemplo.
Así fui transitando mi camino, más tarde con mi esposa Rosa decidimos compartir nuestras vidas en un camino juntos. Y hace unos meses, debido a la circunstancia de salud que ya les he comentado, si bien me sentía lo suficientemente fuerte y bien acompañado, igualmente decidí en ésta ocasión pedir ayuda para poder superar el estrés y la carga que implica un tumor cerebral.
Aprovechando que Rosa estaba haciendo Reiki y que ya tenía antecedentes de esas técnicas de relajación y meditación, pues combinamos con Iria para hacer unas sesiones. Y me resultaron muy útiles, me permitieron recordar aquellas viejas técnicas de relax y algunas novedades muy útiles. Todo eso me ayudó a encarar el proceso de la operación y la recuperación en la que hoy nos encontramos y seguiremos sin prisa pero sin pausa.
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