Quienes luchamos duramente cada día
por ser felices, además de disfrutar de aquellos momentos efímeros
de felicidad que logramos, disfrutamos mucho del trayecto recorrido.
En cuyo transcurso, nos llenamos de cosas simples, ladrillos con los
que vamos levantando nuestra obra. La construcción de una vida
fructífera y feliz, es tarea de personas audaces, valientes, con
ganas de saber, ávidas de ser útiles a la sociedad, que saben
cuidar de sí mismas, para poder cuidar a los demás.
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