Hay algunos estudios recientes, que
especulan con los conocimientos y las profesiones que tendrán
nuestros hijos, de aquí a 2030. Algunas cosas suenan a
ciencia-ficción, pero seguramente la realidad superará a la
ficción, pues la tecnología y los conocimientos en las distintas
disciplinas avanzan cada vez con mayor velocidad. Sin embargo, no he
visto que tanto los empresarios, como los gobiernos, ni los analistas
responsables de dichos estudios, mencionaran la importancia de
desarrollar a los trabajadores, en las disciplinas, según van
apareciendo las distintas innovaciones. Debemos tener en cuenta, que
la gran mayoría de los trabajadores, son personas que solo tienen
educación primaria y secundaria en el mejor de los casos,
adquiriendo los conocimientos necesarios para desempeñar sus
trabajos, en el propio trabajo, como antiguamente sucedía, se
iniciaba uno como aprendiz e iba escalando posiciones, en función a
los conocimientos, y la experiencia adquirida en la propia empresa,
sumado a la capacidad de adaptación y al talento innato. Llegado
aquí, quiero destacar esos dos últimos puntos, capacidad de
adaptación y talento innato, que sumados a la capacidad de ser
felices, son a mi juicio los puntos donde se debe hacer más énfasis,
en los esfuerzos educativos, además de una serie de conocimientos
generales actualizados, sobre todas las disciplinas.
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