La espiritualidad, canalizada en gran
medida, por las distintas religiones y creencias no radicales, es
otro factor que coadyuva y puede tener un efecto positivo en el logro
del instante de felicidad. Creer en un ente superior que todo lo
puede, nos brinda un respaldo, un apoyo espiritual, que unido a la
voluntad de trabajar duramente para ser feliz, ponen en marcha
nuestros mecanismos internos, para el logro de ese objetivo.
Necesitamos constantemente esa zanahoria delante nuestro, para ir a
por ella, para llegar a ese instante de éxtasis, disfrutando paso a
paso del camino. Si logramos disfrutar lo que hacemos, estamos dando
un gran avance hacia nuestra meta, y contribuyendo de forma
inequívoca al bien común de la felicidad.
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