Cocinar con amor para nuestros seres queridos y amigos, es algo sumamente gratificante y hacerlo rodeado por esas personas más aún, además genera alegría, ilusión y felicidad. Y si no nos queda bien, o no tenemos ganas de hacerlo, pues siempre podemos salir a tomar algo por ahí y disfrutar de otra forma, pero siempre con buena onda.
Anoche un asadito a las brasas para despedir a la familia que nos visitó por un par de días, en los que disfrutamos de la mejor manera.
Que lindo verlos y recordar lo lindo que pasamos cuando los visitamos exelentes anfitriones los queramos besosss
ResponderEliminarGracias Silvia, besos para todos
ResponderEliminar