El anochecer nos trajo la visita de mi hermana Carmen, su esposo Diego y Gerardo mi sobrino, todo alegría, ilusión, buena onda y felicidad. Vienen por dos o tres días, son pocos pero algo es algo y como pueden imaginarse los vamos a disfrutar a tope. Recién terminamos de cenar algo y ahora estamos de sobremesa contando anécdotas y gozando de la noche. Que descansen y tengan dulces sueños, mañana volveremos al camino nuevamente.
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