Hoy por la mañana mientras hacía las compras en el supermercado, me encontraba en la sección de frutas y verduras seleccionando algunas frutas cuando escuché una voz conocida que hacía un comentario, inmediatamente reconocí la voz, me giré y pude ver a mi prima Manuela detrás de mí, también comprando. La saludé sin que me viera y fue una alegría y felicidad compartidas.
Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, acababa de llegar de Valencia junto a su nieto Ismael y tía Rufina a quienes también hacía mucho que no veía. Se trata de esos sucesos inesperados que muchas veces pasan, esas oportunidades que hay que aprovechar al máximo y lo hice, inmediatamente les propuse llevarlas hasta su casa.
Y así fue, cada uno terminó de hacer las compras que necesitaba hacer y luego nos encontramos en la puerta, le ayudé a cargar sus compras en mi coche y luego fuimos a buscar a tía Rufina quien estaba esperando sentada cómodamente en la estación de autobuses de Noia. Luego subimos todos al coche y partimos para Baroña.
Dejamos todas sus cosas en la casa y aprovechando que en la casa de mis primos Teresa y José Avelino había movimiento, fui a saludarles. Me encontré con José Avelino y pudimos conversar un rato, también hacía un par de años que no nos veíamos. Aproveché para pedirle permiso para volver otro día a sacar fotos del sótano de su casa, allí aún queda intacta la vieja entrada de la que fue la casa donde nació mi madre y de donde mantengo recuerdos de mi primera visita con cinco años.
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