Cuando descubrimos un sitio, un lugar, un paisaje que nos
emociona, que nos hace sentirnos en paz y armonía con nosotros mismos, con la
tierra en que vivimos y su grandiosidad. Cuando perdemos la noción del tiempo,
nuestra mente se pone en blanco, disfrutamos de poder respirar a pulmón lleno,
sentimos el viento y los demás elementos en la cara, apreciamos lo que nos
rodea como nunca, y nos sentimos parte de ese entorno. Eso es felicidad.
Todos tenemos muchos lugares que nos gustaría conocer, hasta en los que podríamos vivir, esos sitios de película, pero más allá de los gustos y las posibilidades, nuestro lugar es aquel en el cual vivimos la mayor parte del tiempo, aquel en el que hacemos nuestra vida cotidiana y que muchas veces desconocemos. En nuestra casa, en nuestro barrio, en nuestro pueblo, en nuestra zona es donde tenemos que ser felices.
La foto, es de hace algún tiempo desde el monte San Lois.
La foto, es de hace algún tiempo desde el monte San Lois.
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