Una foto, una pintura, una escultura, o cualquier otro tipo
de expresión artística, como artista o
diseñador y ejecutor de la obra, o como espectador o usuario que admira
y disfruta de la misma, si bien pueden no ser las mismas sensaciones y
motivaciones, lo cierto es que en ambos al final se produce algo similar,
felicidad.
Desde el artista o diseñador, que movido por esa inspiración,
es capaz de trabajar sin cesar hasta lograr plasmar esa idea genial, en un
despliegue de energía vital, emociones y talento, entregando el fruto de su
esfuerzo a los demás, para su disfrute y regocijo. Hasta el espectador o
usuario que admira, disfruta y se conmueve con lo que ve y siente, haciendo
honor y dando tributo al esforzado artista.
Se entabla así un diálogo no verbal, en el que lo transmitido
hacia un lado y hacia el otro, genera felicidad, algo en lo que todos tenemos
para aportar desde lo más profundo de nuestro ser, pues somos artesanos de
nuestra vida y de la felicidad.
A Nao do ar, se titula ésta obra del artista y vecino de Noia Alfonso Costa, en homenaje a Avilés de Taramancos. Se encuentra ubicada en la zona del paseo marítimo cerca del Peirao do Marqués desde el año 2003. Supongo que también tiene que ver con la leyenda de Noia, referida al arca de Noe. Vale la pena verla y se dan un paseo por la zona costera.
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