Despertamos y comprobamos que todo sigue su curso. Por fortuna, nosotros también. Y de ahí en más, deambulamos de una actividad a otra sin darnos cuenta. Desde el primer paso, cumplimos nuestras rutinas cotidianas. Pero no debemos renunciar a los pequeños detalles, esos generadores de algarabía, amor y sonrisas.
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