Cuantas veces nos descubrimos mirando por una ventana, sin
fijarnos en lo que hay más allá. Es un proceso de introspección, un feliz
momento para poner la mente en blanco, olvidando por un instante lo que sucede
a nuestro lado.
Nos invade una extraña sensación de paz, de bien estar, de
placer y felicidad relajantes que no podemos explicar, que nos deja ese dulce
sabor y ganas de más.
Aquí les mando una vista desde la ventana, para que intenten
experimentar esa felicidad. Pero también es bueno admirar y disfrutar del paisaje.
Hoy recupero una foto tomando un café en una de las tantas cafeterias de Londres, muy cerca de Trafalgar Square, si bien el sol por la ventana no nos deja apreciar mucho, igualmente se pueden ver algunas cosas, como las típicas cabinas telefónicas.
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