Todos pasamos de moda, disfrutamos ese minuto en el que todo parece sonreírnos. Y después, nos perdemos en un laberinto, buscando revivir aquellos éxitos. En esa búsqueda, dejamos de lado lo que de verdad nos llevó a aquel lugar maravilloso y mágico. Y tiene que ver con una idea, con el trabajo duro, con esfuerzo, con las ganas y la actitud positiva que debemos aplicar en cualquier emprendimiento. El éxito no está asegurado, lograr una meta y disfrutar durante un instante de esas mieles, es la consecuencia de un sin fin de aciertos y errores que se corrigen en el camino.
En la medida que logramos un objetivo, estamos dando un paso, subiendo un peldaño en la sinuosa escalera de la vida. Esa posición se puede gozar y mantener durante algunos instantes. Luego, tenemos que volver a generar una nueva idea y ponernos nuevamente manos a la obra. Cuya consecuencia, si todo va por buen camino, será otro éxito, otro objetivo logrado. De lo que no debemos extraer lo superfluo, engañarnos con la posibilidad de ser geniales. Las metas alcanzadas, son la consecuencia de un esfuerzo continuo, de ocuparse con los aspectos que se involucran. Y además, es fruto de la capacidad de crear alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor, esperanza y fantasía.
Los afectos y emociones positivas, que son la fuerza interior que nos mueve a emprender nuestros objetivos personales. Esa misma energía que nos pone en el tapete y que al mismo tiempo nos ayuda a darnos cuenta que todo es efímero. Nos pone en nuestro lugar al permitirnos asimilar que todos pasamos de moda en su momento. Grandes personajes del mundo han sufrido esos vaivenes, caídas estrepitosas desde grandes alturas. Nadie es ajeno a ello, por eso es vital tomar conciencia, aplicarnos con todas nuestras fuerzas a dejar que afloren sensaciones y sentimientos positivos.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, comprobando que nadie tiene nada asegurado. Quienes estamos en el camino, tenemos grandes posibilidades de tropezar. Es normal y forma parte del trayecto asimilar alguna caída. Entre otras, dejar de ser aquellas estrellas fulgurantes.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena noche!!!!
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