Hola, muy buenos días, ahí voy yendo por mi camino, con alegría, ilusión, buena onda, optimismo, felicidad y amor. Sí, con todo esa potencia emocional y afectiva, que es la que mueve el mundo, por más, que algunos se empeñan en mostrarnos otros motores aparentemente más potentes.
Pues en ese paseo hacia Noia, mientras transitaba hacia mis tareas cotidianas, iba pensando en todo eso. Reflexionaba sobre lo que nos queda al final del sendero, más allá de las poses que vamos adoptando en la espera. Y la conclusión descarnada, simple, llana, es que da igual todo lo que uno tenga, todo lo que uno sepa, todo lo que uno haya hecho.
Lo verdaderamente trascendente, lo que queda después de todo el proceso, son esas sensaciones, esos sentimientos sembrados. Sí, la felicidad que hemos vivido, expresado y compartido, el amor que hemos brindado a todos nuestros seres queridos.
Por todo eso, es que me ocupo cada día en sostener mi rumbo fijo hacia ese ser feliz cotidiano, efímero y recurrente. Anímense a dar ese primer paso, les aseguro que vale la pena intentarlo.
Gracias por estar ahí!!!!!! Gracias por compartir!!!!
Les mando un abrazo!!!!!
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