Es un espacio para compartir mi visión de la Felicidad y sus vínculos con todos los aspectos de la vida, el hogar, el amor, los afectos, el trabajo, la sociedad, la política, la educación, la economía, la ciencia, la empresa y más.
La Felicidad es una tarea individual y colectiva, requiere un esfuerzo constante de todos nosotros, se relaciona e influye en todo, es un elemento vital para tener un mundo mejor.

martes, 30 de julio de 2019

Soledad, felicidad, la vida



Hola, muy buenos días, seguimos celebrando el aniversario, hoy es otro de esos momentos especiales de nuestra vida. Y seguramente todos si nos ponemos en plan memorioso, podremos descubrir algún motivo para ello. Siempre los hay, todo es cuestión de ponerse en clima y hacer que un simple e insignificante instante de nuestra vida surja y nos genere alegría, ilusión, buena onda, optimismo, felicidad y amor.
Los momentos y acontecimientos importantes, sin dudas que a todos nos mueven a festejar y a llenarnos de emoción. Esos son los fáciles, los que habitualmente surgen, nosotros hacemos un festejo diario, siempre encontramos algo para hacer un brindis y alegrar el día. Para mi, el simple y cotidiano momento de despertar, de poder disfrutar una nueva oportunidad de vivir y sentir ya amerita esa algarabía, esa fiesta sistemática.
Y si bien esto lo intento transmitir en cada publicación, hoy lo destaco especialmente por el hecho de que hace algo más de media hora, tomando un café con mi esposa en una de las cafeterías del barrio. Nos encontramos a la propietaria del establecimiento y a otra señora, muy nerviosas y preocupadas por la salud de un vecino que habitualmente desayuna allí. Se trata de un señor octogenario, que vive solo y la señora que a diario le ayuda en las tareas domésticas, al intentar abrir la puerta, se encontró con que estaba cerrada por dentro y no tenía respuesta.
Finalmente llamaron a las autoridades competentes y pudieron ingresar a la casa forzando la entrada, afortunadamente el señor estaba bien, aunque imposibilitado para responder y abrir la puerta. Lo cual más allá del momento desagradable, finalmente no hubo que lamentar daños mayores y todos nos quedamos algo más tranquilos, con la alegría de festejar la vida.
Y así vamos yendo, como testigos directos de uno de los grandes males de la actualidad, la gran cantidad de personas mayores que viven solas, sin nadie que les asista. Una tendencia cada vez más acentuada, cada vez más trágica, en la que tanto aquellos que no tienen hijos como aquellos que si los tienen, terminan sus días así.
Por eso, les invito a disfrutar la vida, a que se acerquen en la medida de lo posible a esas personas queridas que se encuentren solas, seguramente les harán felices al menos por un instante.
Gracias por estar ahí!!!!!
Gracias por compartir!!!!
Les mando un abrazo!!!!!!

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