Muy buenos días, hace unos momentos, mientras caminaba temprano por el barrio, iba mirando al cielo. Paseaba, intentando descifrar entre todas esas formas caprichosas, fruto de los naturales y azarosos movimientos atmosféricos, en qué momento aparecería un claro esperanzador. Luego salía de esa pequeña trampa y volvía a mi realidad, retomaba mi esfuerzo cotidiano por generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, felicidad y amor.
A todos nos gusta que las cosas resulten más fáciles, más accesibles y duraderas. Lo cierto es que nada es espontáneo, todo requiere esfuerzo, trabajo duro, mente abierta, atención, ganas y actitud positiva. Y todo eso es necesario para lograr llegar a disfrutar las cosas simples de la vida. Esas que muchas veces nos perdemos por asociarlas con procesos más complejos.
Supongo que a todos nos pasa, que algunas veces nos vemos sorprendidos, disfrutando y gozando con cosas o situaciones de lo más cotidianas, de lo más corrientes. En esos momentos, en que nos sentimos como niños, jugando con elementos insignificantes y obteniendo la máxima satisfacción, es cuando podemos valorar y sentir la verdadera felicidad. Así es, con los años vamos perdiendo algunas facultades importantes. Para mí, maduramos de un modo equivocado, dejando de lado ese espíritu pueril y por eso mismo, trato constantemente de mantenerlo vivo, de estimularlo y cultivarlo.
Y así voy yendo, manteniendo ese espíritu pueril a flote, es lo que me da vida, lo que mantiene mi maquinaria en funcionamiento. Es el motor que infla las velas y me mantiene en ese rumbo fino hacia mi ser feliz.
Vamos con todo a disfrutar y gozar la vida!!!!!
Gracias por estar ahí!!!!!
Gracias por compartir!!!!
Les mando un abrazo!!!!!
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