Cuando descubrimos un sitio, un lugar,
un paisaje que nos emociona, que nos hace sentirnos en paz y armonía
con nosotros mismos, con la tierra en que vivimos y su grandiosidad.
Cuando perdemos la noción del tiempo, nuestra mente se pone en
blanco, disfrutamos de poder respirar a pulmón lleno, sentimos el
viento y los demás elementos en la cara, apreciamos lo que nos rodea
como nunca, y nos sentimos parte de ese entorno. Eso es felicidad.
Otro lugar que me generó esas sensaciones, tanto por haber navegado por el lago, muy pegados a sus magníficas paredes heladas, como por haber tenido el privilegio de pisar su hielo milenario, fue el glaciar Perito Moreno. Impresionante!!!!!!!!!!!!
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