Los gobernantes y políticos de turno,
así como los aspirantes, tienen que cumplir con una serie de
condiciones necesarias, aunque no suficientes. Ellas son entre otras,
honestidad, búsqueda de la felicidad personal y popular, dotes de
liderazgo, capacidad de gestión, buen comunicador, mejor oyente y
podría continuar hasta escribir casi en su totalidad los atributos
de Dios.
Evidentemente no se les puede exigir
que lleguen a ser deidades, pues como personas pueden cometer
errores. Lo que no pueden hacer, es subestimar o insultar la
inteligencia del pueblo, ni mentir, ni engañar, ni llevarse lo que
no les corresponde, ni decir cosas “pour la galerie” y luego
hacer todo lo contrario, eso configura una mentira o un engaño.
Por tanto, cómo se puede descalificar
o des-legitimar, a quienes se sienten engañados por todos los que se
postulan a candidatos para unas elecciones y cuando no van a votar.
Normalmente esas personas, asumen su responsabilidad, enfrentan las
situaciones por las suyas, cumplen con sus obligaciones, intentan ser
felices por sí mismos y no pierden tiempo quejándose, ni esperan
nada de nadie.
La foto, es de un bonito día en Povoa do Varzim.
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