Celebrar la vida, a la mínima oportunidad, es algo que olvidamos casi todos los días. Ni aún en las circunstancias actuales, percibimos la importancia de alegrarnos de estar vivos. Parece obvio y sin embargo no nos damos cuenta de su trascendencia. Y así seguimos, hasta cuando todo se vuelve oscuro y tenebroso. Hasta el momento en el que toca sufrir los embates de alguna plaga. Ahí, momentáneamente cambiamos el modo de ver las cosas. Nos reprochamos por el tiempo perdido en discusiones y actividades intrascendentes.
En fin, lo cierto es que no debemos perder de vista la importancia de festejar la vida en cada actividad, en cada gesto, en cada momento del trayecto. Congratularnos por el hecho de estar, de poder hacer, de sentir y ejercer nuestro ser. Cuidándonos y cuidando a quienes nos rodean, siendo conscientes de los límites de nuestra libertad. En cada uno de esos actos, de esas tareas que llevamos a cabo a lo largo de la jornada, tenemos que poner todo de nuestra parte. Y especialmente, tenemos que ser ese polo generador de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor, esperanza y fantasía todo el tiempo posible.
Ese fantástico arcoíris de afectos y emociones positivas que creamos, es el trampolín desde el cual nos lanzamos a celebrar la vida todos los días. Desde ahí, nos catapultamos hacia nuestras tareas cotidianas con toda esa energía positiva, con toda esa algarabía y determinación que nos exige el camino. Un trayecto, plagado de obstáculos, tormentas y profundos precipicios. Pero también, lleno de sorpresas agradables, de pequeños detalles que nos harán sentir y vibrar positivamente. Y de eso se trata, de disfrutar el camino en todas sus etapas y facetas. Pues hasta en los más oscuros y tenebrosos páramos, podremos encontrar indicios, trazas, de elementos que desaten sensaciones y sentimientos positivos.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo esos afectos y emociones positivas que genero a medida que festejo la vida. Por eso insisto y estoy perseverando en éste pregón de forma cotidiana. Somos de olvidarnos fácilmente, nuestra debilidad nos hace caer permanentemente en los círculos viciosos de las rutinas estériles.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! A no bajar los brazos!!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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