Una reflexión que me parece actual, pues el mundo está entrando en una deriva excesivamente caótica, todos queremos las cosas ya y no nos detenemos a pensar las consecuencias. Los acontecimientos se suceden vertiginosamente, sin dejar tiempo para la reflexión, estamos basando nuestras vidas en lo material, olvidando que no podemos dejar de lado la alegría, la ilusión, la buena onda, el optimismo, la felicidad y el amor.
Estamos dejando de lado nuestras emociones más profundas y eso nos lleva a que quienes saben manejar esos elementos a nivel de los grandes medios de comunicación y redes sociales, puedan utilizar fácilmente esos recursos para manipularnos. Y así generan falsos liderazgos en los distintos ámbitos de la sociedad, la empresa, la política, que nos conducen hacia un circulo vicioso abisal.
No lo permitan, cultiven sus profundas emociones positivas, trabajen en ellas, manteniendo una actitud proactiva constante, que se retroalimente de los mejores y más profundos sentimientos.
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