Muy buenos días, de algún modo, el caos sanitario nos sacudió y nos puso en nuestro sitio, un sismo viral extraño y útil, comenzamos a entender la diferencia entre el parecer y el ser. Supongo, colijo, digo que tal vez ésta pandemia nos ha puesto en evidencia esa dicotomía. Una dualidad en la que estamos todos inmersos y de la que poco a poco vamos emergiendo con toda esa esencia del ser que llevamos dentro.
Y no se trata de desechar lo estético, de hecho los diferentes elementos de protección ya se están haciendo, teniendo en cuenta los variados gustos de la gente. Es bueno mantener cierta vanidad, siempre en su justa medida, pues para muchas personas puede ser la diferencia entre resistir o sucumbir. Tiene que ver son la forma en que nos vemos, con la motivación, con los motores que nos ayudan a seguir y a generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Para muchas personas, esa es su única forma de activarse y poder hacer aflorar afectos y emociones positivas. Claramente no son los activadores ideales, existen otras formas, otros puntos donde hacer énfasis para que todos esos sentimientos y sensaciones sean experimentadas y compartidas. De todos modos, lo importante es que en cada persona existan esos mecanismos activadores y que cada ser sea capaz de hacer aflorar y expresar todo ese caudal afectivo.
A partir de ese momento en que las emociones positivas se hacen visibles, sin pretenderlo, comenzamos a compartir las sensaciones y sentimientos experimentados. Por ello es tan importante ese ejercicio en el cual estoy sumergido constantemente y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz. Compartiendo conscientemente todo lo que experimento, todo lo que se me va ocurriendo a lo largo del trayecto y por eso éste pregón cotidiano, que disfruto mientras lo pienso, lo escribo y lo comparto a los cuatro vientos. A disfrutar el día!!!! A seguir cuidándose!!!!
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