Muy buenos días, después de las sardinas a la brasa tradicionales, despertamos con el agua aromática y fresca de San Juan, solsticio de verano, transmutación druídica. Son momentos donde la algarabía, la fantasía, las creencias, las esperanzas crean esa mezcla mágica tan estimulante para todos. Una de tantas excusas para reunirnos con familiares y amigos para festejar, uno de esos acontecimientos seculares, herencia de nuestras tradiciones y de nuestra historia mítica que así puede perpetuarse.
Supongo que fue un modo de juntar a la gente de una zona, fijaban un hecho natural y periódico como algo digno de festejo. De esa forma marcaban el calendario para reunirse, para saber quienes continuaban el camino y seguramente con otras intenciones. Era y sigue siendo un modo de juntarse para compartir vivencias, información y disfrutar de una actividad diferente, salir de la rutina. Siempre hace falta algo que marque el momento y alguien que proponga, que tenga la iniciativa, luego se incorporan los demás. Y si bien el momento es importante, lo es mucho mas la persona con iniciativa y actitud positiva, verdaderos creadores de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Personas que con su capacidad de acción, con su esfuerzo, sus ganas y actitud, salen al camino a compartir su entusiasmo con quienes les rodean. Contagiando de ese modo todos esos sentimientos y emociones positivas, verdaderos focos de propagación para las buenas vibraciones. Más allá que todo ese entusiasmo y algarabía se expresan en el momento de la reunión, siempre queda algún residuo en la memoria, vestigios que aunque no lleven a iniciativas parecidas, al menos mantiene vivas las ganas de volver. Ahí están, esos son los responsables de la transmutación druídica que experimentamos, seres con iniciativa y una fuerza espiritual sin igual, esos que nos llaman y nos tienen en cuenta.
Y así voy yendo, disfrutando del esfuerzo que significa ésta convocatoria cotidiana, con la cual mantengo el rumbo fijo hacia mi ser feliz. Compartir éste pregón cotidiano con quienes me rodean, es algo que me hace bien, es motivante y muy estimulante. Y si es bueno para mí, también puede llegar a serlo para alguien más, por ello me empeño cada día en lanzar a los cuatro vientos mi discurso y al mismo tiempo, animar a que quienes sientan esa necesidad, también lo hagan. Tenemos que generar pandemia de felicidad!!!!! A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!
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