Desde nuestros ancestros nómadas, los animales de compañía, han aportado un gran servicio a la humanidad. Y no solo como compañeros de viaje, también siguen siendo una ayuda indispensable para muchas de nuestras actividades cotidianas. Siempre fueron parte de nuestro entorno cercano. Aunque hoy en día, se están transformando en familiares directos. La sociedad actual, al promover lo individual, empuja al aislamiento y la soledad, con ello las mascotas ascienden en la escala social. Aunque con independencia de ello, desde siempre han sido y serán una fuente inagotable de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Efectivamente, nuestras mascotas son incondicionales generadores de afecto y emociones positivas. Sin tener en cuenta los destrozos, que de vez en cuando hacen en casa y que forman parte del encanto. Pues estos inocentes y aparentes actores secundarios. Son protagonistas indiscutidos a la hora de canalizar y mejorar nuestras capacidades para activar esos comandos que rigen nuestras sensaciones y sentimientos positivos. De algún modo, nos enseñan el camino, la forma de hacer aflorar toda nuestra carga emotiva, para que resulte útil y provechosa para nosotros y nuestro entorno.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, disfrutando con Pacho del paseo por el monte a la orilla de la mar y del reposo en casa para recuperar energía.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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