La ambición desmedida, codicia y avaricia. Grandes responsables de la miseria humana. Que en éstos días cobra sentido, ante la notoriedad mediática de los paraísos fiscales. Se comprende el revuelo, impuestos, responsabilidad y felicidad. Son reacciones típicas de por una parte algunos nuevos ricos, por otra, aquellos que defendemos los servicios públicos como algo vital para la sociedad. Pero hay otros elementos, uno tiene que ver con quienes dejan de tributar en un lugar, para hacerlo en otro sitio con menos carga impositiva. Otro, con lo que significa el uso y abuso del dinero público, por parte de los funcionarios y gobernantes de turno.
Mas allá de las palabras ambición desmedida, codicia, avaricia y corrupción, atribuibles a quienes asumen con todas sus consecuencias, trasladarse a un paraíso fiscal. Son términos aplicables también a quienes rigen nuestros destinos ocasionalmente y a quienes se rajan las vestiduras en su defensa. Esos, que junto al aparato burocrático que todo lo controla, hacen uso del dinero del pueblo de formas, que rayan con lo delictivo. Claro, que tendrán los subterfugios y justificaciones, pero lo cierto es que por una cosa u otra, dilapidan el dinero de todos, generando gastos superfluos sin control. Y claramente, se olvidan de crear la alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza que el pueblo necesita desesperadamente.
Quienes piensan que mueven los hilos del mundo, que son los dueños de la verdad, crean esos aparatos sofisticados, esos mecanismos complejos para decirnos, que necesitamos de su asistencia. Olvidando que eso es algo que solo les preocupa a ellos, son cosas ajenas a nuestro diario vivir a pesar de que nos insistan en que es vital. Lo verdaderamente importante y trascendente para nosotros, es cubrir nuestras necesidades básicas y generar afectos y emociones positivas que nos permitan continuar el camino a pesar de todo lo demás. Y claro, que tenemos idea de las demás cosas, pero carecen de validez, son cosas que no aportan nada útil, solo complicaciones innecesarias.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, siguiendo y compartiendo esa escala de valores primordiales, que nos permite vivir en sociedad. Sin esconder nada, aportando los impuestos, responsabilidad y felicidad que se encuentre a nuestro alcance y dejando que los inteligentes de turno digan lo que les parezca.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena noche!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario