Nunca se termina de pasar pruebas. Desde que nacemos, todo es superar obstáculos y etapas. Por momentos es agotador. Y así es la vida, un trayecto compuesto de instantes de variada factura. Lo importante, lo trascendente, es disfrutar el viaje. Tropezones y golpes nos llevamos todos. La diferencia está en el modo que cada persona asume y procesa las dificultades del camino. Está en lo que se aprende, en la dignidad y humildad con las que asumimos perdidas y ganancias.
Y en esa medida, al pasar el tiempo, vamos aprendiendo la importancia de valorar aspectos y detalles que nada tienen que ver con los resultados. Si bien, siempre es mas agradable en apariencia, disfrutar las mieles del éxito. En realidad, no es lo medular, lo que de verdad importa. La mayor parte de las veces, lo que más se valora, es el esfuerzo, las ganas y la actitud positiva que hemos puesto en la tarea. El interés que pusimos para que todo saliera de la mejor manera posible. Siempre se puede mejorar y si le ponemos alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza, mucho más.
Esa evolución, experimentada al ir aprendiendo con las experiencias vividas. Ese aprendizaje constante, es en esencia lo que nos hace mejores, especialmente si somos capaces de hacer aflorar afectos y emociones positivas. Desarrollar esa capacidad de exponer y compartir sensaciones y sentimientos positivos, es sin lugar a dudas, disfrutar el viaje. Es crecer como personas y al mismo tiempo, es curar cuerpo, mente y alma de todos los rasguños infringidos a lo largo del sendero.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo cada cosa que encuentro en ese viaje maravilloso que es la vida.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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