Muy buenos días, después de una semana de darle reposo al tobillo, retomo los paseos matutinos por el barrio. Voy despacio, sin forzar, con pasos cortos y prestando atención a todo lo que me rodea, especialmente al tránsito. Así, me resulta más estimulante disfrutar la jornada y es más fácil generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, felicidad y amor.
La integridad física es lo primero a la hora de poder disfrutar la vida, algo evidente, lo cual no significa que sea algo que se encuentre en nuestra lista de prioridades. Lo damos por hecho, lo damos como algo normal y solo lo valoramos, cuando por algún motivo esa integridad se ve amenazada, o se ve directamente disminuida.
Es claro que nadie puede saber, cuándo le van a suceder las cosas, muchas son fortuitas, fruto de una serie de coincidencias que escapan a nuestro control. De todos modos y sin caer en la desconfianza, ni en la paranoia fatalista, podemos hacer un manejo preventivo de nuestra vida. Tener ciertas precauciones de forma cotidiana, nos puede ayudar a mejorar y a prevenir algunos trances innecesarios.
La buena calidad de nuestra vida, es algo que sí tenemos a nuestro alcance y entre otras cosas tiene que ver con nuestra voluntad, con nuestra actitud positiva, que ponemos frente a lo cotidiano. Prestar atención a lo que hacemos, trabajar duro para hacer aflorar todo nuestro caudal afectivo y emocional, son elementos fundamentales para mejorar nuestra calidad de vida cada día.
Y por ahí voy yendo, disfrutando del camino, de lo que me voy encontrando mientras mantengo firme el rumbo hacia mi ser feliz.
Gracias por estar ahí!!!!!!
Gracias por compartir!!!!!
Les mando un abrazo!!!!!!
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