Hasta los ateos miran al cielo

Hola, muy buenos días, cuando no encontramos el camino, o ya próximos al umbral de cambio de estado, en esos instantes, inmersos en una total soledad, hasta los ateos miran al cielo. Son esas situaciones límite, en las que reconocemos nuestra insignificancia y por las dudas, hacemos todo lo posible por abrir nuestra mente y nuestro espíritu.
Por eso, aquellas personas que hemos pasado por algún percance importante, donde nuestra vida estuvo seriamente comprometida, ante esos episodios, tomamos conciencia de lo importante. Asumimos nuestra vida desde otra perspectiva, valoramos mucho más los momentos de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, felicidad y amor. Intentamos alargar esos efímeros instantes todo lo posible, los hacemos durar y trabajamos mucho más en generarlos desde cualquier insignificancia. A quienes han pasado por esas situaciones, no tengo nada más que agregar, ya estarán haciendo lo mismo.
Quienes no han padecido esas experiencias, mejor no esperen a caer en ellas y tomen conciencia desde los innumerables ejemplos que pueden conocer a través de familiares, amigos o conocidos de su entorno.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, pregonando mis experiencias, compartiendo con afecto y emoción la forma en que con esfuerzo, actitud positiva; la inestimable ayuda y desvelos de mi esposa Rosa, mi cuñado Eduardo, la familia y los amigos que desde la distancia enviaban sus ondas positivas. Gracias a Dios y a todo ese entorno positivo, estoy aquí contando el cuento. A disfrutar el día!!!! A disfrutar el fin de semana!!!!
Gracias por estar ahí!!!!
Gracias por compartir!!!!
Les mando un abrazo!!!!!